lunes, 10 de octubre de 2022

Conmemoración de las víctimas de la guerra química

 

La intervención de la química es una evolución fundamental para el nuestro diario vivir. Pero, aun así, ha sido el causante de varios desmanes por su mala gestión dentro del conflicto. En esta nota hacemos una efemire a las personas y familias afectadas por el papel de la química en la guerra.

 

Los profesionales químicos, a través del tiempo, han cumplido una labor de gran importancia en el camino evolutivo del ser humano. Sus creaciones hoy facilitan nuestra existencia en muchos aspectos, llegando incluso al punto de salvar cientos de vidas en todo el mundo. No obstante, aunque muchos de los avances químicos alcanzados a través de la historia han sido favorables para el crecimiento de las sociedades, es innegable que la avaricia humana también ha provocado que el hombre desvíe su camino y pase de, salvar vidas, a ser el causante del sufrimiento de millones. 

 

Entre esos terribles capítulos marcados por la crueldad y la irresponsabilidad, la guerra química es, indiscutiblemente, uno de los peores sucesos. En Amoquímicos somos conscientes de la importancia que tienen las sustancias para el desarrollo y ejecución de muchos procesos y actividades hoy en día; sin embargo, entre nuestros pilares siempre hemos procurado y fomentando una cultura de compromiso y responsabilidad frente a la venta de productos químicos y su uso, de modo que los terribles momentos que en este artículo vamos a contar, jamás se repitan. 

 

El papel de la química en la guerra

 

Entre los diferentes momentos históricos en los que la química jugó un papel formidable, pero dañino para la humanidad, sin duda debemos mencionar su desempeño en la Primera y Segunda Guerra Mundial. Además de las armas “usuales” creadas para diezmar a las tropas enemigas, la química se incorporó a la lucha aportando sustancias como bromoacetato de etilo, cloro, fosgeno, el conocido “gas mostaza”, el Zyklon B (la sustancia usada en los campos de concentración nazis), etc., por medio de las cuales, cada bando acabó con la vida de millones de personas.

 

La historia comienza a principios del siglo XX, cuando la empresa alemana BASF, dio inicio al “Proyecto Nitrógeno”. Una iniciativa con la que los científicos de la época buscaban crear nitratos que pudieran ser empleados como explosivos. Aunque muchos pensaron que los alemanes habían sido quienes emitieron el primer ataque con armas químicas, de hecho, fueron los franceses, en 1914, quienes, en un enfrentamiento con los alemanes, lanzaron granadas de mano llenas de una sustancia de tipo lacrimógena, conocida por su nombre científico: bromoacetato de etilo. 


Ese hecho, solo fue el desencadenante de otros terribles episodios para la humanidad, ya que, en lugar de denunciar esta situación ante La Haya, Alemania prefirió tomarlo como excusa para llevar a cabo su siguiente movimiento, el siguiente año, desatando un ataque en Ypres, ubicado en la actual Bélgica. Allí, las tropas alemanas liberaron cerca de 168 toneladas de cloro en el aire, dirigido hacia el ejército francés. A causa de esa acción, 800 personas murieron y 3.000 más resultaron afectados debido a los terribles efectos que incluían una violenta tos, corrosión ocular, nasal, y pulmonar, lo que en ocasiones terminaba en asfixia total.

 

A ese ataque le siguieron muchos más, con diferentes sustancias, pero todas ellas con la característica de que cada una era versión más aterradora y dañina que la anterior. Pasando por proyectiles con fosgeno (un químico más tóxico que el cloro), para luego pasar a los proyectiles cargados con iperita (conocido como gas mostaza debido a su asqueroso olor) hasta llegar a la Segunda Guerra Mundial, con la horrible invención del Zyklon B. Esta última fue la sustancia empleada por los nazis en los campos de concentración de Auschwitz y con la que torturaron y asesinaron a millones de personas.

 

¿Cuáles fueron las consecuencias de la guerra química?

 

Las consecuencias para la humanidad son innumerables y, lo que es aún peor, no se limitan a ese momento en la historia. De los diferentes conflictos en los que se han empleado armas químicas se estiman: en la Primera Guerra Mundial, se dieron cerca de 1’300.000 bajas, siendo el 80% con fosgeno. En la Segunda Guerra Mundial, pertenecientes al campo de concentración de Auschwitz, murieron más de un millón de personas gaseadas con Zyklon B. 

 

De igual manera, las armas químicas, a futuro, generan un daño sin precedentes que incluye la extinción de especies de animales y flora, daños irreparables en el medioambiente, laceraciones de tipo molecular e, inclusive, alteraciones en el ADN humano que terminan dando lugar a malformaciones y enfermedades genéticas. 

 

¿Por qué se conmemora el día de las víctimas de la guerra química?

 

A causa del horror y de los miles de individuos que perecieron durante estas dos guerras mundiales, la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ), tomó la decisión, durante la vigésima sesión del grupo, de establecer el 30 de noviembre de cada año, como el Día de Conmemoración de Todas las Víctimas de la Guerra Química. 

 

En esta fecha no solo se recuerdan y rinden respetos a los miles de fallecidos y afectados a causa del uso de armas químicas durante esos dos conflictos bélicos, sino que también se reafirman los compromisos suscritos por todos los estados miembros de no emplear, nunca más, estas sustancias en situaciones de guerra. 


Desde Amoquímicos queremos reiterar nuestro compromiso con la venta de amoniaco, cloro y demás sustancias que no solo cumplen un papel fundamental para nuestra sociedad, sino que también, por medio de su uso responsable y ético, no representan ningún peligro para la subsistencia del ser humano y de la flora y fauna del mundo.


Artículo tomado de Amoquímicos Colombia S.A.S.


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