Dosificar los productos de limpieza requiere de mucho cuidado y atención. Por eso, le contamos su importancia y lo que no debe hacer al respecto.
El mal uso de productos de limpieza puede afectar de diversas formas cualquier espacio debido a los inconvenientes y complicaciones que se pueden generar en consecuencia de este actuar. Por ejemplo, una concentración excesiva puede tener un efecto adverso en la salud, como irritación en la piel, ojos y vías respiratorias.
¿Qué es la dosificación en limpieza?
Se trata del método que garantiza una medición eficaz en el producto de limpieza al momento de utilizarlo. Debido a su importancia, se implementa como un paso que se debe realizar antes de cualquier proceso de higiene, en donde se calcula la medida indicada teniendo en cuenta las características de la superficie y espacio a limpiar.
Cuando se aplica la dosis adecuada antes de usar un producto se asegura de obtener una fórmula correcta que tendrá mayor efectividad en cuanto a higiene y desinfección, claves en todo proceso de limpieza. Sin embargo, la dosificación puede ser un factor de mayor trascendencia cuando se trata de espacios públicos y se emplean productos químicos de mayor concentración.
En los productos de uso doméstico se tiene la seguridad de que la concentración química no es tan alta, pero no deja de ser eficaz. Su uso está pensado para contextos donde el flujo de personas e intercambio de sustancias y partículas está limitado, reduciendo en gran medida la concentración de patógenos como hongos, virus y bacterias.
En el caso de los establecimientos y espacios abiertos de carácter público sí es necesario utilizar insumos de mayor concentración que requieren de una medida al momento de usarlos. La información de la dosis la puede adquirir con el distribuidor de productos químicos con el que los adquiere, en ocasiones puede encontrarse en las indicaciones de uso.
Inconvenientes de una incorrecta dosificación
Cuando no se utilizan las dosis correctas en los productos químicos para la limpieza se pueden correr diferentes riesgos y surgir inconvenientes graves. A continuación, le mencionamos cuáles son para que pueda evitarlos de forma eficiente.
- Limpieza poco o nada efectiva
Muchas veces se cae en el error de creer que entre más producto se utiliza más efecto tendrá la acción limpiadora o desinfectante.
Pero lo cierto es que cuando se abusa de la cantidad e incluso se emplea un producto muy fuerte en primera instancia se puede crear un efecto adverso en donde retirar el producto será complicado.
Además, se puede incentivar a que los microorganismos creen una resistencia haciendo más difícil su eliminación.
La situación inversa sería utilizar muy poca cantidad, lo que naturalmente estaría en gran medida la efectividad, dejando restos de mugre y microorganismos que pueden afectar la salud de las personas.
- Mayor gasto en materiales
Cuando se utilizan los productos químicos de limpieza en altas cantidades, o incluso sin diluir, lo más seguro es que los implementos como paños, traperos y guantes muestran un desgaste en menos tiempo, pues la acción de los productos puede ser agresiva y terminar por deteriorar los materiales.
- Sobrecostos
Al utilizar mayor cantidad de producto es natural que se acaben en menos tiempo, haciendo necesario volver a comprar. A largo plazo, el resultado de este comportamiento se verá reflejado en sobre costos que mes a mes irán sumando.
- Marcas de productos
Cuando la solución limpiadora está muy espesa se hace difícil retirarla completamente de las superficies, puede que a simple vista no se note, pero al finalizar la limpieza podrás notar ciertas marcas o manchas, resultado de los residuos que quedan por el exceso de producto.
Como puede ver, utilizar una medida adecuada en los productos de limpieza es clave para asegurar resultados efectivos.
La higiene y correcta desinfección es indispensable en los espacios de alto flujo, así que garantizar un proceso adecuado será fundamental para que la integridad de las personas no sea afectada.
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Artículo tomado de Amoquímicos Colombia S.A.S.
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