jueves, 24 de abril de 2025

Peróxido de hidrógeno en la industria cosmética

Descubra sus usos en la industria cosmética y por qué debe manejarse con cuidado. ¡Siga leyendo!

El peróxido de hidrógeno, también conocido como agua oxigenada, es un compuesto químico ampliamente utilizado en la industria cosmética por su potente acción oxidante, desinfectante y blanqueadora. Su versatilidad ha permitido incorporarlo en una gran variedad de productos de cuidado personal, desde limpiadores faciales hasta fórmulas capilares y tratamientos dentales. Sin embargo, su aplicación debe ser siempre responsable y técnicamente fundamentada, ya que un mal uso puede comprometer la salud de la piel, el cabello o las mucosas.

En este artículo de Amoquímicos encontrará información detallada y confiable sobre qué es el peróxido de hidrógeno, cómo se utiliza en cosmética, cuáles son sus aplicaciones específicas en el cabello, la piel y los dientes, qué beneficios ofrece y qué precauciones deben considerarse para garantizar un uso seguro. ¡Siga leyendo!

¿Qué es el peróxido de hidrógeno?

Desde el punto de vista químico, el peróxido de hidrógeno (H₂O₂) es un compuesto inorgánico compuesto por dos átomos de hidrógeno y dos de oxígeno. Se presenta como un líquido incoloro, ligeramente más viscoso que el agua, con un sabor amargo y un olor suave pero distintivo. Su propiedad más relevante es su capacidad oxidante: al descomponerse, libera oxígeno de forma controlada, lo cual lo convierte en un potente agente blanqueador, antiséptico y desinfectante.

En concentraciones bajas (generalmente entre el 3% y el 9%), el peróxido de hidrógeno se utiliza no solo en muchos productos químicos en Colombia, sino también en productos cosméticos y de cuidado personal. Estas concentraciones son consideradas seguras cuando se aplican bajo supervisión profesional y siguiendo las buenas prácticas de fabricación (BPF). En cambio, las concentraciones superiores al 30%, propias del uso industrial, pueden ser peligrosas si no se manipulan bajo estrictos protocolos de seguridad, ya que presentan riesgo de corrosión, irritación y reacción exotérmica.

Lea también: Esto es lo que debe saber del peróxido de hidrógeno

Aplicaciones en la industria cosmética

                  Aplicaciones en la industria cosmética

El peróxido de hidrógeno ha sido aprovechado por la
 industria química y cosmética durante décadas gracias a su acción oxidante, que permite modificar el color, aclarar manchas, eliminar microorganismos y facilitar procesos de limpieza profunda. Su uso se extiende a múltiples categorías, como:

  • Agente antiséptico: su capacidad para liberar oxígeno activo al contacto con la piel permite eliminar microorganismos como bacterias, hongos y virus, razón por la cual es incluido en soluciones limpiadoras, espumas antisépticas y tratamientos purificantes. En especial, se ha utilizado en zonas corporales con tendencia a infecciones superficiales o acumulación de impurezas, como espalda, hombros y escote.
  • Ingrediente activo en productos despigmentantes: la industria cosmética ha incorporado peróxido de hidrógeno en tratamientos para uniformar el tono de la piel, especialmente en productos despigmentantes dirigidos a reducir la apariencia de manchas solares, melasma o hiperpigmentaciones postinflamatorias. Su acción oxidante facilita la ruptura de enlaces moleculares de los compuestos pigmentarios (como la melanina oxidada), lo que promueve una renovación progresiva de la capa superficial de la piel y mejora la luminosidad cutánea.
  • Formulaciones para el control de imperfecciones: en concentraciones bajas, ha sido incluido en formulaciones orientadas al tratamiento de pieles grasas y con tendencia al acné. Su capacidad para eliminar bacterias patógenas y reducir la carga microbiana en los folículos pilosos lo convierte en un aliado útil para el control de brotes.
  • Conservante en cosmética anhidra o sin agua libre: en ciertas formulaciones cosméticas, como cremas emulsionadas con bajo contenido de agua, geles o sueros concentrados, se puede utilizar el peróxido de hidrógeno como conservante oxidante. Aunque su uso en esta función requiere control preciso de pH y compatibilidad con otros ingredientes.

Uso del peróxido de hidrógeno en tratamientos capilares

                      Uso del peróxido de hidrógeno en tratamientos capilares

En el ámbito capilar, el peróxido de hidrógeno ha sido históricamente uno de los compuestos más utilizados para transformar el aspecto del cabello. Su función oxidante lo convierte en un agente indispensable en procesos de:

  1. Decoloración del cabello natural: al actuar sobre la melanina (el pigmento natural que da color al cabello) este compuesto la oxida y degrada, permitiendo aclarar varios tonos la fibra capilar. Se emplea en combinación con polvos decolorantes y su concentración (volumen) se selecciona según el tipo de cabello y el nivel de aclarado deseado.

  2. Activador de tintes permanentes: en los sistemas de coloración permanente, el peróxido no solo ayuda a abrir la cutícula del cabello para permitir la entrada del tinte, sino que también participa en la oxidación del colorante intermedio, fijando el nuevo color dentro del córtex capilar. Este proceso químico, que se inicia una vez el tinte y el oxidante se mezclan, asegura una cobertura duradera y homogénea, tanto en cabello natural como en canas.

  3. Remoción de coloraciones artificiales previas: en tratamientos de corrección de color, se utiliza el peróxido para eliminar pigmentos artificiales previamente depositados. Se combina con productos llamados “remover de color” o decapantes, que permiten borrar parcialmente tonos no deseados antes de una nueva aplicación.

  4. Tratamientos progresivos de aclarado: algunas marcas de cuidado capilar ofrecen sistemas de aclarado gradual basados en fórmulas con baja concentración de peróxido (inferior al 3%). Estos productos están diseñados para usarse repetidamente, permitiendo aclarados sutiles en cabellos vírgenes o teñidos, sin requerir una decoloración completa. Aunque son menos agresivos, su uso continuo debe estar controlado para evitar deshidratación del cabello.
  • Precauciones importantes

El uso de peróxido de hidrógeno sobre el cabello requiere diagnóstico previo, conocimiento del estado de la fibra, y preferiblemente, la guía de un profesional. Un cabello debilitado, poroso o maltratado puede no soportar el proceso oxidativo sin romperse o perder elasticidad. Por ello, las formulaciones deben adaptarse al tipo de cabello, y siempre deben incluir agentes humectantes, reguladores de pH y tratamientos reparadores posteriores.

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Blanqueamiento dental con peróxido de hidrógeno

                  Blanqueamiento dental con peróxido de hidrógeno

Este es uno de los procedimientos estéticos más solicitados actualmente. Se realiza con peróxido de hidrógeno porque este compuesto tiene la capacidad de eliminar manchas profundas y aclarar visiblemente el tono de los dientes, sin dañar su estructura.

  • ¿Cómo funciona?

El peróxido de hidrógeno actúa mediante un proceso de oxidación: al descomponerse, libera oxígeno que penetra en el esmalte y rompe las moléculas que causan pigmentaciones oscuras. Estas manchas pueden haber sido provocadas por alimentos, bebidas como el café o el vino tinto, tabaco o simplemente por el paso del tiempo.

  • ¿Qué concentraciones se utilizan?

  • En consultorio: se suele aplicar en concentraciones altas (entre el 15% y el 40%) con protección de encías y uso de luz LED o láser.

  • En casa (bajo fórmula profesional): se emplean concentraciones más bajas (generalmente entre el 10% y 20%, como peróxido de carbamida), en férulas personalizadas.
  • ¿Por qué debe hacerlo un profesional?

Aunque es efectivo, el peróxido de hidrógeno puede causar sensibilidad dental, irritación de encías o incluso daño al esmalte si se aplica sin control. Por eso, este procedimiento debe ser realizado o supervisado por un odontólogo que evalúe:

  • El estado general de los dientes y encías
  • La concentración y tiempo de exposición
  • La técnica más segura según cada caso

Beneficios en tratamientos dermatológicos

                 Beneficios en tratamientos dermatológicos

Gracias a sus propiedades antisépticas, antibacterianas y oxidantes, el peróxido de hidrógeno también se ha ganado un lugar en la dermatología cosmética. Cuando se utiliza en concentraciones controladas y con supervisión profesional, puede ser útil para:

  • Limpieza profunda de poros: ayuda a eliminar impurezas acumuladas en los poros, especialmente en pieles con tendencia grasa. Su acción oxigenante reduce la presencia de bacterias como Cutibacterium acnes, responsables de la formación de brotes.
  • Control de brotes de acné: en algunos protocolos dermatológicos, se emplea como desinfectante tópico para disminuir la inflamación, controlar la carga bacteriana y acelerar la recuperación de granos activos o puntos negros.
  • Mejora de la textura cutánea: el oxígeno liberado por el peróxido favorece la renovación celular superficial, ayudando a mejorar la textura y luminosidad de la piel. Esto puede notarse en pieles apagadas, engrosadas o con acumulación de células muertas.
  • Disminución de manchas leves: en tratamientos puntuales y controlados, puede actuar sobre manchas superficiales de origen inflamatorio o solar. Al romper enlaces pigmentarios, aclara gradualmente ciertas hiperpigmentaciones leves.
  • Preparación antiséptica previa a procedimientos: se utiliza para desinfectar la piel antes de realizar limpiezas faciales profundas, extracciones o procedimientos con microagujas. Esto reduce el riesgo de infecciones cutáneas posteriores.

¿Es seguro el peróxido de hidrógeno para el cabello?

Este compuesto es uno de los ingredientes más utilizados en productos de coloración y decoloración capilar. Su efectividad está ampliamente comprobada, pero su uso sobre el cabello implica una reacción química que puede debilitar la fibra capilar si no se realiza con el debido conocimiento técnico. Por eso, la seguridad en su aplicación depende de tres factores clave: concentración, frecuencia y estado del cabello.

  • ¿Qué hace exactamente el peróxido en el cabello?

Este compuesto actúa como un agente oxidante que rompe los enlaces de la melanina, el pigmento natural del cabello. Al hacerlo, permite aclarar el tono o preparar la fibra para recibir un nuevo color. También abre la cutícula capilar, lo que facilita que los pigmentos de los tintes penetren profundamente y se fijen de manera duradera.

  • ¿Puede dañar el cabello?

Sí, si se usa de manera inadecuada. Cuando se aplica en concentraciones altas, por tiempos prolongados o sobre cabello ya maltratado, puede causar:

  • Pérdida de elasticidad
  • Porosidad excesiva
  • Puntas abiertas
  • Cabello quebradizo o con textura áspera

Por eso, su uso debe estar acompañado de protocolos de protección capilar y tratamientos posteriores que ayuden a reestructurar la fibra.

Precauciones al usar peróxido de hidrógeno en la piel

Aunque el peróxido de hidrógeno puede aportar beneficios en tratamientos dermatológicos, su uso sin criterio técnico puede provocar irritaciones, quemaduras o reacciones adversas. Por ello, antes de aplicarlo sobre la piel, es indispensable tener en cuenta varias recomendaciones de seguridad, como:

  • Evitar su uso en heridas profundas o abiertas: puede interferir con el proceso natural de cicatrización, especialmente en lesiones graves. Aunque elimina bacterias, también puede dañar tejidos sanos y retrasar la regeneración cutánea.
  • No aplicar en grandes áreas del cuerpo: su empleo debe limitarse a zonas específicas. Aplicarlo extensamente puede causar irritación, sequedad excesiva o incluso dermatitis química, especialmente en personas con piel sensible.
  • No mezclar con otros productos activos: combinado con alcohol, ácidos exfoliantes o retinoides, puede aumentar la irritación cutánea. Tampoco debe usarse en productos con fragancias o conservantes fuertes que puedan potenciar su efecto irritante.
  • Evitar el contacto con ojos y mucosas: incluso en bajas concentraciones, el peróxido puede causar escozor, enrojecimiento o lesiones si entra en contacto con zonas sensibles como párpados, labios, fosas nasales o el contorno ocular.
  • Realizar prueba de sensibilidad antes de usar: se recomienda aplicar una pequeña cantidad en el antebrazo o detrás de la oreja y esperar 24 horas. Si hay enrojecimiento, ardor o picazón persistente, no debe usarse en otras zonas.
  • Supervisión profesional para tratamientos dermatológicos: para aplicaciones terapéuticas (como el aclarado de manchas, el control del acné o la limpieza pre procedimiento) debe intervenir un dermatólogo o esteticista certificado, quien evaluará el tipo de piel, la concentración segura y el protocolo más adecuado.

Amoquímicos: experto en peróxido de hidrógeno

En Amoquímicos entendemos la importancia de contar con insumos confiables, técnicamente respaldados y alineados con los más altos estándares de seguridad. Por eso, somos proveedores especializados en la venta de peróxido de hidrógeno, distribuido a nivel nacional para industrias cosméticas, farmacéuticas, alimentarias, institucionales y de tratamiento de aguas.

Si su empresa formula productos cosméticos, desinfectantes o busca aplicar el peróxido de hidrógeno con fines industriales o institucionales, cuente con Amoquímicos como su aliado estratégico en insumos químicos de alta calidad. Nuestra experiencia, trayectoria y cumplimiento lo respaldan. ¡Contáctenos para conocer más sobre nuestros servicios de venta de productos químicos!

Artículo tomado de Amoquímicos Colombia S.A.S.

martes, 22 de abril de 2025

¿Qué son los reactivos de laboratorio y por qué debe tratarlos con cuidado?

 

¿Trabaja en un laboratorio o está por empezar? Descubra qué son los reactivos y por qué su manejo cuidadoso es crucial para tu seguridad. ¡Lea más!

Los reactivos químicos son la base sobre la cual se desarrollan la mayoría de los procesos de análisis, control de calidad, investigación y síntesis en laboratorios de todo el mundo. Su presencia es indispensable para obtener resultados confiables, reproducibles y técnicamente válidos en disciplinas como la química analítica, la biotecnología, la farmacología y la ingeniería ambiental. Pero, junto con su utilidad, también vienen responsabilidades: muchos de estos compuestos presentan riesgos para la salud humana, la infraestructura y el medio ambiente si no se manipulan bajo condiciones controladas.

En este artículo de Amoquímicos encontrará una guía completa sobre los reactivos de laboratorio: qué son, cuáles son los más utilizados, cómo se clasifican según su uso, por qué deben tratarse con precaución, qué normativas regulan su manejo en Colombia y el mundo, y, sobre todo, dónde adquirir reactivos confiables, con respaldo técnico y cumplimiento legal garantizado.

¿Qué son los reactivos químicos?

Son sustancias puras o mezclas diseñadas para provocar reacciones químicas específicas. Su finalidad puede ser muy variada: desde identificar la presencia de un compuesto, cuantificar su concentración, catalizar una reacción, hasta sintetizar nuevos materiales. Su grado de pureza y concentración deben ser conocidos con precisión, ya que influyen directamente en la exactitud de los resultados. Por ejemplo, en una titulación ácido-base, si el reactivo no cumple con especificaciones estrictas, la medición del punto de equivalencia será errónea.

En el contexto de laboratorio, estos reactivos pueden presentarse en estado sólido, líquido o gaseoso, y su selección depende del tipo de análisis que se va a realizar. En bioquímica, por ejemplo, se emplean reactivos enzimáticos; en análisis clínicos, reactivos para diagnóstico in vitro; en físico-química, sustancias estándares con grado analítico o grado reactivo. Cada uno tiene condiciones específicas de almacenamiento, manipulación y descarte que deben conocerse con rigurosidad para evitar riesgos operacionales y contaminación cruzada.

Principales reactivos en los laboratorios químicos

Principales reactivos en los laboratorios químicos

Los laboratorios modernos manejan una amplia gama de reactivos químicos, seleccionados en función de su reactividad, pureza, función analítica o aplicación específica. Algunos son de uso rutinario, mientras que otros se destinan a procedimientos altamente especializados. Conocer los más utilizados es clave para cualquier operación segura y eficiente.

A continuación, enumeramos algunos de los reactivos de laboratorio más comunes:

  1. Ácidos fuertes (ej. ácido clorhídrico HCl, ácido sulfúrico H₂SO₄): utilizados para digestiones ácidas, ajustes de pH, limpieza de vidriería, y síntesis química. En la preparación de muestras para espectrofotometría de absorción atómica, los ácidos garantizan la disolución completa de metales traza.

  2. Bases fuertes (ej. hidróxido de sodio NaOH, hidróxido de potasio KOH): esenciales en titulaciones alcalimétricas, preparación de soluciones tampón, y saponificación de grasas en química orgánica.

  3. Solventes orgánicos (ej. acetona, etanol, metanol, acetonitrilo): empleados en cromatografía, extracción líquido-líquido, limpieza y síntesis orgánica. Por ejemplo, el acetonitrilo es indispensable en HPLC por su baja viscosidad y absorbancia.

  4. Sales reactivas (ej. cloruro de sodio NaCl, nitrato de plata AgNO₃, sulfato de cobre CuSO₄): usadas para preparar soluciones estándar, pruebas de precipitación y ensayos de identificación de iones. El AgNO₃, por ejemplo, es clave en pruebas de halogenuros.

  5. Oxidantes y reductores (ej. permanganato de potasio KMnO₄, tiosulfato de sodio Na₂S₂O₃): reaccionan en procesos de óxido-reducción, comunes en análisis volumétrico redox. El KMnO₄ se emplea como agente valorante en la determinación de oxalatos y hierro.

Clasificación de los reactivos según su uso

Clasificar los reactivos químicos según su uso permite organizarlos en función de sus aplicaciones prácticas, lo cual es clave para la correcta manipulación, almacenamiento y selección en el laboratorio. La principal categorización empleada en la actualidad está compuesta por:

  • Reactivos analíticos: utilizados en ensayos cualitativos o cuantitativos para determinar la presencia, concentración o naturaleza de un compuesto. Por ejemplo, el reactivo de Nessler permite detectar amoníaco en soluciones acuosas, mientras que el permanganato de potasio se usa en titulaciones redox para determinar hierro o ácido oxálico.

  • Reactivos de síntesis: se emplean para construir nuevos compuestos químicos mediante reacciones controladas. Un ejemplo típico es el cloruro de tionilo (SOCl₂) en síntesis orgánica para convertir alcoholes en cloruros de alquilo.

  • Reactivos de extracción o separación: ayudan a aislar componentes de una mezcla. Solventes como diclorometano (CH₂Cl₂) o éter etílico se usan en extracciones líquido-líquido para separar compuestos según su solubilidad diferencial.

  • Reactivos tamponadores (buffers): permiten mantener estable el pH de una solución, fundamental en análisis bioquímicos, electroforesis o cultivos celulares. Ejemplo: fosfato monopotásico/disódico o Tris-HCl.

  • Reactivos indicadores: sustancias que cambian de color en presencia de un cambio químico, generalmente usados en titulaciones. Ejemplo: azul de bromotimol para indicar zonas de pH neutro.

  • Reactivos limitantes o controladores: aplicados en reacciones donde se necesita restringir la velocidad o rendimiento para controlar el proceso. Ejemplo: el uso de un reactivo limitante en una reacción endotérmica para evitar descomposición térmica.

Razones para tratar los reactivos de laboratorio con cuidado

Razones para tratar los reactivos del laboratorio con cuidado

​​Más allá de su utilidad técnica, muchos de ellos presentan riesgos reales para la salud humana, la seguridad de las instalaciones y el medio ambiente, como:

  • Peligros para la salud: algunos reactivos son tóxicos, corrosivos o cancerígenos, incluso en pequeñas cantidades. Por ejemplo, el ácido perclórico (HClO₄) puede causar quemaduras químicas graves, mientras que compuestos como el benzopireno se consideran carcinógenos, según la IARC. La exposición accidental por inhalación, contacto dérmico o ingestión puede tener consecuencias graves.

  • Reactividad violenta o explosiva: ciertos reactivos pueden detonar o descomponerse violentamente en presencia de calor, fricción, choque o al mezclarse con otras sustancias. Ejemplo: el azida de sodio (NaN₃), que libera gases tóxicos e inflamables al descomponerse.

  • Riesgo de incendios: reactivos como el éter etílico, acetona o hexano tienen puntos de inflamación bajos y pueden arder fácilmente en contacto con una fuente de ignición. Su almacenamiento debe hacerse en gabinetes ignífugos, lejos de calor y fuentes eléctricas.

  • Contaminación cruzada y falsos resultados: la presencia de impurezas o contaminación entre reactivos puede alterar los resultados analíticos, afectar cultivos microbiológicos o invalidar ensayos clínicos. Por ejemplo, en análisis espectrofotométricos, una traza de cloruro de hierro puede interferir en la determinación de metales traza.

  • Impacto ambiental: el vertido inadecuado de reactivos puede contaminar cuerpos de agua, afectar suelos y poner en riesgo la fauna y flora local. Sustancias como el cianuro de potasio o los compuestos organoclorados deben gestionarse como residuos peligrosos, siguiendo las guías del Registro de Emisiones y Transferencias de Contaminantes (RETC).

  • Corrosión de equipos y daño a instalaciones: ácidos fuertes, bases concentradas o reactivos oxidantes pueden degradar rápidamente vidriería, sondas, tuberías metálicas y sistemas de medición. La exposición continua también acorta la vida útil de los instrumentos de precisión, elevando los costos operativos.

Normativas para el uso de reactivos en laboratorios

El uso de reactivos químicos en laboratorios no solo exige conocimientos técnicos, sino también el cumplimiento riguroso de reglas nacionales e internacionales que regulan su manipulación, transporte, almacenamiento, etiquetado y disposición final. Conozca algunas de ellas a continuación:

Normativas internacionales

  • Sistema Globalmente Armonizado (SGA / GHS): establecido por la ONU, este sistema estandariza la clasificación y el etiquetado de productos químicos peligrosos. Todo reactivo debe contar con pictogramas, frases de advertencia, medidas de precaución y una ficha de datos de seguridad (FDS) según el SGA. Es obligatorio en más de 70 países.

  • Norma ISO 15189:2022: aplica a laboratorios clínicos y establece requisitos para la competencia técnica, incluyendo el uso controlado de reactivos de diagnóstico in vitro, su trazabilidad, validación y condiciones de almacenamiento.

  • ISO/IEC 17025:2017: norma para laboratorios de ensayo y calibración. Requiere que todos los reactivos utilizados estén debidamente documentados, validados y controlados en cuanto a lote, vencimiento, origen y condiciones de conservación.

Normativas en Colombia

  • Decreto 1609 de 2002: regula el transporte terrestre de mercancías peligrosas, incluidos reactivos químicos. Define requerimientos de embalaje, rotulado, documentación, capacitación de conductores y planes de contingencia.

  • Resolución 2400 de 1979 (Reglamento de Higiene y Seguridad Industrial): contempla condiciones mínimas de seguridad en laboratorios, incluyendo almacenamiento de reactivos, ventilación, uso de EPP y señalización.

  • Decreto 1072 de 2015 (SG-SST): exige la implementación de un Sistema de Gestión de Seguridad y Salud en el Trabajo, que incluye la identificación de peligros químicos, valoración de riesgos, capacitación del personal y seguimiento de incidentes relacionados con reactivos.

  • Resolución 2020007532 de 2020 (Invima): establece los lineamientos del Programa Nacional de Reactivovigilancia para reactivos de diagnóstico in vitro, incluyendo condiciones de registro, importación, almacenamiento, distribución y control postcomercialización.

  • Guías del IDEAM y el MinAmbiente: en lo relacionado con residuos peligrosos, los reactivos vencidos, contaminados o mal almacenados deben tratarse según la normatividad ambiental vigente, siguiendo el procedimiento de disposición de residuos químicos del Decreto 4741 de 2005.

¿Dónde comprar reactivos de laboratorio de calidad?

Reactivos de calidad

En Amoquímicos, somos especialistas en la venta de productos químicos con más de 35 años de trayectoria en el mercado nacional. Contamos con un portafolio técnico que incluye reactivos de uso industrial y de laboratorio, seleccionados bajo estrictos estándares de calidad, pureza y seguridad. Nuestros productos están acompañados de fichas técnicas actualizadas, certificados de análisis y documentación conforme al Sistema Globalmente Armonizado (SGA).

Proveemos a laboratorios de investigación, instituciones académicas, industrias manufactureras, plantas de tratamiento de agua, laboratorios clínicos y centros de control de calidad que exigen insumos de alto desempeño y respaldo técnico. Además, brindamos asesoría personalizada para la selección, manipulación, transporte y almacenamiento de los reactivos, con énfasis en el cumplimiento normativo nacional (Decreto 1609, SG-SST, normativas Invima y MinAmbiente).

Nuestros procesos logísticos están diseñados para cumplir con condiciones de entrega seguras y oportunas, en todo el territorio colombiano, gracias a una red de aliados certificados y una operación bajo principios de mejora continua y trazabilidad completa.

Si su empresa o laboratorio requiere reactivos confiables, asesoría técnica especializada y cumplimiento total de la regulación química, en Amoquímicos encontrará un aliado estratégico. Contáctenos para solicitar su cotización o conocer nuestro catálogo completo de productos químicos en Colombia.

Artículo tomado de Amoquímicos Colombia S.A.S.

jueves, 10 de abril de 2025

¿Cómo regular el pH de una piscina?

 

Mantener el pH adecuado en su piscina garantiza agua limpia y segura para todos. ¡Descubra cómo medirlo y regularlo de forma efectiva!

El pH del agua de una piscina es mucho más que un simple valor numérico: es un indicador clave del equilibrio químico que influye directamente en la seguridad, la salud y el rendimiento del sistema de tratamiento. Por eso, su control no debe tomarse a la ligera, sino asumirse como una práctica técnica indispensable para cualquier responsable de operación o mantenimiento de piscinas.

Teniendo esto en cuenta, en este artículo de Amoquímicos, explicaremos en detalle por qué es indispensable regular el pH, qué efectos produce un desequilibrio, cuáles son los valores ideales y qué productos se utilizan para corregirlo. ¡Preste mucha atención!

¿Por qué es importante el pH en una piscina? 

El pH del agua es uno de los parámetros más críticos en la gestión química de una piscina. Su valor determina el equilibrio ácido-base del agua y condiciona:

  • La eficiencia de los desinfectantes

El pH influye directamente en la eficacia del cloro, que es el desinfectante más utilizado en piscinas. A pH neutro (alrededor de 7.2), el cloro se encuentra en su forma más activa: el ácido hipocloroso (HOCl), altamente efectivo para eliminar bacterias, virus y algas. Sin embargo, a medida que el pH aumenta, el cloro se transforma en hipoclorito (OCl⁻), una forma mucho menos efectiva. Según un estudio publicado por Water Research (White, G. C., 2010), a pH 8.0, la eficacia del cloro puede reducirse en más del 80%.

  • La salud y confort de los usuarios

Un pH desajustado puede provocar irritación en los ojos, resequedad en la piel, molestias respiratorias y sensación de ardor. El Centers for Disease Control and Prevention (CDC) ha señalado que los valores inadecuados de pH en piscinas públicas son una de las principales causas de quejas entre los usuarios, especialmente en niños, personas con piel sensible y usuarios frecuentes.

  • La estabilidad química del agua

El equilibrio del pH también es fundamental para mantener otros parámetros, como la alcalinidad total y la dureza del calcio. Una alteración en el pH puede desestabilizar el equilibrio químico general del agua, favoreciendo la formación de incrustaciones minerales o la corrosión de metales. Esto afecta directamente la eficiencia del sistema de filtrado, bombas y accesorios.

Efectos de un pH desequilibrado en el agua y la salud

Cuando el pH del agua de una piscina se encuentra fuera del rango ideal, se compromete tanto la calidad del agua como la salud de los usuarios. Un pH desbalanceado afecta principalmente:

- Efectos del pH bajo (agua ácida)

  • Corrosión de materiales y equipos: un pH inferior a 7.0 incrementa la acidez del agua, lo que acelera la corrosión de componentes metálicos como bombas, intercambiadores de calor, escaleras y válvulas. Esta condición también deteriora los revestimientos, azulejos y superficies de vinilo, reduciendo la vida útil de la piscina. Según el NSPF Pool & Spa Operator Handbook, la acidez persistente puede incluso afectar los sellos de las juntas, generando fugas.

  • Irritación en ojos, piel y mucosas: la acidez del agua puede producir molestias inmediatas en los nadadores, tales como enrojecimiento ocular, escozor, resequedad y sensación de ardor en la piel y vías respiratorias.

  • Desestabilización química del agua: en niveles inferiores, afecta negativamente la alcalinidad total, provocando oscilaciones bruscas del equilibrio químico del agua. Esta inestabilidad complica la gestión del tratamiento y puede requerir constantes ajustes químicos.

- Efectos del pH alto (agua alcalina)

  • Reducción de la eficacia del cloro: la Water Quality and Health Council advierte que un pH alto es una de las principales causas de infecciones acuáticas prevenibles en piscinas públicas.

  • Irritación y sequedad en piel y ojos: al igual que un pH bajo, niveles altos también resultan incómodos para los usuarios. La alcalinidad puede alterar el equilibrio osmótico de las células de la piel y los ojos, causando ardor y molestias. 

Valores ideales del pH en piscinas

Valores ideales del pH en piscinas

Para asegurar una calidad de agua óptima, proteger la salud de los usuarios y garantizar la eficacia de los productos químicos, es fundamental mantener el pH dentro del siguiente rango:

  • Rango recomendado

El valor ideal de pH en piscinas se encuentra entre 7.2 y 7.6. Este intervalo proporciona un equilibrio entre la acidez y la alcalinidad del agua, permitiendo que el cloro funcione con máxima eficiencia como desinfectante, sin generar corrosión ni formar incrustaciones.

  • A pH 7.2, aproximadamente el 66% del cloro está en su forma más activa (ácido hipocloroso), altamente eficaz para eliminar microorganismos.

  • A pH 7.6, aún se conserva buena eficiencia desinfectante (alrededor del 50%), con menor riesgo de irritación para los usuarios.

  • Por debajo de 7.0, el agua se vuelve demasiado ácida, y por encima de 7.8, demasiado alcalina, afectando la estabilidad química del sistema.

Esta recomendación está respaldada por organismos como la Organización Mundial de la Salud (OMS), la American Chemistry Council, el Center for Disease Control and Prevention (CDC) y por guías técnicas como el NSPF Pool & Spa Operator Handbook.

  • Consideraciones según tipo de piscina

  • En piscinas públicas o de alto uso, se sugiere mantener el pH entre 7.2 y 7.4, ya que un mayor volumen de usuarios exige un nivel óptimo de desinfección.

  • En piscinas privadas, puede tolerarse una ligera variación hacia 7.6, siempre que no se afecte la claridad del agua ni la eficiencia del tratamiento.
  • Relación con otros parámetros

El control del pH debe realizarse de forma conjunta con la alcalinidad total (entre 80 y 120 ppm) y la dureza del calcio (entre 200 y 400 ppm), ya que estos valores estabilizan el comportamiento del pH y evitan fluctuaciones bruscas. Este enfoque integral es clave para lograr un “agua balanceada”, según los principios de la química del agua de piscina.

Productos para regular el pH de la piscina

El ajuste del pH en una piscina requiere el uso de productos químicos específicos que permiten aumentar o disminuir su nivel de forma controlada. Conozca algunos de ellos a continuación:

  • Para aumentar el pH

Cuando el pH del agua se encuentra por debajo del valor ideal (menos de 7.2), es necesario utilizar agentes alcalinizantes, cuya función es neutralizar la acidez y estabilizar el equilibrio químico.

  • Soda cáustica (hidróxido de sodio, NaOH)

Es un compuesto altamente alcalino y eficaz para elevar rápidamente el pH del agua en piscinas de gran volumen. Su aplicación debe realizarse con precaución debido a su fuerte poder corrosivo. Se recomienda disolver previamente en agua y dosificar lentamente en la piscina, siempre con el sistema de filtración en funcionamiento. Es una alternativa ampliamente utilizada en instalaciones comerciales, institucionales e industriales, donde se requiere una regulación química precisa.

Descubra más sobre: Soda cáustica: qué es, características y precauciones

  • Carbonato de sodio (soda ash)

Es uno de los productos más usados en piscinas residenciales para incrementar el pH. Tiene un efecto alcalinizante moderado y también contribuye a elevar la alcalinidad total, estabilizando así el pH a largo plazo. Su presentación es generalmente en polvo y puede aplicarse directamente al agua.

  • Bicarbonato de sodio

Aunque su principal efecto es sobre la alcalinidad total, también puede elevar ligeramente el pH si se aplica en cantidades moderadas. Se emplea como producto de mantenimiento para mantener estable el equilibrio ácido-base.

  • Productos para disminuir el pH

Cuando el pH supera los 7.6, se considera que el agua es demasiado alcalina, lo que reduce la eficacia de los desinfectantes y favorece la formación de incrustaciones. Para corregir esta condición se emplean agentes acidificantes.

  • Ácido clorhídrico (ácido muriático)

Este ácido mineral es altamente eficaz para reducir el pH en piscinas. Debido a su concentración y naturaleza corrosiva, debe manipularse con equipo de protección personal, diluirse en agua antes de su aplicación, y verterse lentamente en la piscina con la bomba encendida. Es una solución muy común en entornos comerciales.

  • Bisulfato de sodio (ácido seco)

Se presenta en forma de gránulo y es una alternativa más segura y fácil de manipular en comparación con los ácidos líquidos. Suele utilizarse en piscinas residenciales para ajustes finos de pH. Su acción es gradual y permite mayor control en el proceso de regulación.

  • Ácido sulfúrico (menos frecuente)

A pesar de que también se utiliza en algunos sistemas automatizados de control químico, su manipulación presenta mayores riesgos, por lo que su uso está restringido a personal capacitado y ambientes industriales o institucionales bajo protocolos rigurosos.

En Amoquímicos, somos expertos en la venta de soda cáustica de alta pureza, formulada para aplicaciones industriales y de tratamiento de agua, incluida la regulación de pH en piscinas. Nuestro equipo técnico puede asesorarle en la selección del producto adecuado, el cálculo de dosis (según el pH de la soda cáustica) y las mejores prácticas de aplicación, siempre bajo el cumplimiento de la normatividad vigente.

¿Cómo medir el pH del agua correctamente?

Medir el pH del agua es el primer paso para su regulación. Para realizar este proceso, le recomendamos seguir estas indicaciones:

  1. Elija el instrumento adecuado: utilice tiras reactivas, kits líquidos con reactivos indicadores, o medidores digitales. Estos últimos ofrecen mayor precisión y son recomendables para piscinas de uso intensivo o institucional.

  2. Tome una muestra representativa: recoja agua a una profundidad mínima de 30 cm, lejos de los skimmers y retornos. Esto asegura una medición representativa del volumen total.

  3. Siga las instrucciones del fabricante: ya sea aplicando reactivos líquidos, sumergiendo tiras o usando un electrodo digital, es importante seguir el protocolo exacto para obtener resultados confiables.

  4. Compare o lea el valor: en kits visuales, compare el color con la escala proporcionada. En medidores digitales, el valor se mostrará automáticamente.

Pasos para regular el pH de la piscina


Pasos para regular el pH de la piscina

Si identifica que el valor se encuentra fuera del rango ideal (7.2 – 7.6), siga atentamente estos pasos para 
regular el pH de la piscina:

  • Calcule el volumen de la piscina

Determine los metros cúbicos (m³) de agua, ya que la cantidad de producto a aplicar depende directamente del volumen total. Una fórmula básica es:

Largo x Ancho x Profundidad promedio = m³

  • Seleccione el producto adecuado

Asegúrese de usar productos de grado técnico certificados y de seguir las indicaciones del fabricante o proveedor.

  • Diluya previamente si es necesario

En el caso de productos concentrados (como la soda cáustica o el ácido clorhídrico), dilúyalos en agua antes de verterlos en la piscina, siempre agregando el producto al agua (nunca al revés), para evitar reacciones exotérmicas peligrosas.

  • Aplique el producto con el sistema en funcionamiento

Vierta la solución diluida en distintos puntos de la piscina, preferiblemente en la zona más profunda y con el sistema de recirculación encendido para facilitar una distribución homogénea.

  • Espere y vuelva a medir

Deje circular el agua durante al menos 4 a 6 horas y luego repita la medición del pH. Si aún está fuera del rango ideal, realice ajustes graduales adicionales.

Beneficios de mantener un pH equilibrado

Regular y mantener el pH del agua dentro del rango recomendado no solo evita problemas, sino que también ofrece ventajas concretas como:

  • Mayor durabilidad de los productos químicos
  • Reducción de costos de mantenimiento correctivo
  • Mejor rendimiento del sistema de filtración
  • Optimización del tiempo operativo
  • Mejor percepción del usuario final

Mantenimiento regular para un pH estable

Mantenimiento regular para un pH estable

Garantizar que el pH se mantenga dentro de los parámetros recomendados no debe entenderse como una acción puntual, sino como parte de un mantenimiento preventivo constante que asegure condiciones óptimas de calidad, seguridad y eficiencia operativa en la piscina. La constancia en las rutinas de monitoreo y ajuste es clave para evitar desviaciones que puedan comprometer la salud de los usuarios o generar daños materiales.

Un programa de mantenimiento regular debe incluir:

  • Medición diaria del pH, especialmente en piscinas de uso intensivo o público.

  • Verificación de la alcalinidad total, al menos una vez por semana, para garantizar que el pH se mantenga estable.

  • Limpieza periódica del sistema de filtración con cloro, para evitar acumulación de residuos que alteren la química del agua.

  • Registro de datos y ajustes graduales, con seguimiento técnico del comportamiento del pH ante cambios de temperatura, lluvia, recambio de agua o adición de productos.

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Hoy, gracias a la venta de productos químicos especializados que realizamos desde Amoquímicos, usted puede implementar un plan de mantenimiento eficiente y seguro para su piscina. Ofrecemos soda cáustica para piscina, ideal para el ajuste del pH, así como asesoría técnica personalizada para garantizar el uso responsable de los insumos químicos en cada contexto de aplicación.

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Artículo tomado de Amoquímicos Colombia S.A.S.